martes, 4 de octubre de 2011

Persépolis.

"Era divertido ver cómo se parecían Marx y Dios. Puede que Marx tuviera el pelo más rizado"

Cada vez que no estoy de ánimos, me da por coger un ratito ese cómic o ponerme la peli. Y me río. Y lloro. Y pienso en todo lo que dice Marjane.

Es entonces cuando me doy cuenta de que no hay por qué preocuparse, que nuestros problemas a veces son nimiedades comparados con las de otras personas, y es entonces cuando empiezo a pensar que no hay mal que por bien no venga. Que el dolor es algo pasajero que depende de nuestro organismo, y que la máquina más poderosa del ser humano es la mente.

También me doy cuenta de que, aunque cueste, somos el espejo de los demás. Si quieres a alguien, dedícale una sonrisa con una mirada que tienda al optimismo. No hay mayor muestra consuelo que proteger y sentirse protegido.

En cuanto a ti, mi pequeña Marjane, la lutte continue. Gracias :)