martes, 6 de noviembre de 2018

La llorona.

En esa sala oscura la llorona se cobija.
Cansada, de sentimientos falsos
su corazón desvalija.

Que una vida privada de ternura
es demasiado para un corazón flojo.
Que por fin no da miedo tener el arrojo
de decir que la nostalgia es dura.

Hay muertos que no hacen ruido, llorona,
y es más triste su penar

Y en esa sala donde pasa la hora
y el cansancio no se corresponde con el sueño,
sólo hay un suspiro del que su cuerpo ya no es dueño
y una respiración que con el pensar se atora

Y a la sinrazón deja paso
ese rasgado cantar,
que deberá reflexionar
hasta su último ocaso.

Si por ti daría la vida, llorona,
¡¿qué más quieres?! ¿Quieres más?