Y llega el momento de dejar de lado los apuntes para ordenar otras cosas: una cabeza que no acumula más que marañas, a veces de pelo y otras de pensamiento. Dejando a un lado las primera, me da por pensar un poco en el día a día, lo poco que le dedico últimamente a organizar la vida social y personal y, con perdón del lector, el "por culo" que se da la gente.
Entonces llega uno de esos momentos que, aun siendo aleatorios, te dan respuesta a tus dudas, como si alguien te vigilase. Y entonces, cavilo un poco y ato cabos. Y, como no, llego a la conclusión, y esta vez me sorprende.
Al contrario de lo que decía Hobbes, que "el hombre es un lobo para el hombre", paso a pensar otra cosa: El ser seres vivos, y aún peor, seres humanos, nos hace tiernamente débiles. Y eso le da un encanto a lo que somos.
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