miércoles, 20 de junio de 2018

Un día más, el monstruo despertó.

Entre latido y latido desbocado
deja ver en el espejo un marrón de miel entreverado,
mas viéndose desesperado
busca algo más sofisticado
en que centrar su atención.

Dechado de defectos de puertas para adentro, el monstruo se tambalea hacia su posición,
y con toda la desazón de aquel que sabe que jalea
intenta hacer del mundo que le rodea
un mundo mejor.

Pero el mundo es grande y el monstruo, pequeño.
Y este sabe que, por mucho que no ceje en su empeño,
todo lo que desea para su propia vida es sueño
y los sueños, sueños son.

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