domingo, 20 de mayo de 2018

Cariño.

A pesar de que siempre he sido de mayor envergadura que la gente de mi generación, hará unos doce años que dijeron de mí que no debía de ser muy mayor. "Es que eres muy cariñosa", me dijeron.

No es la primera vez que esta frase me viene a la mente. Quizá desde entonces he presupuesto que las muestras de calor humano son una muestra de inmadurez, y que a mi edad ya no me las puedo permitir. Necesitar cariño es de débiles.

Pero yo, por desgracia, no puedo ser así.

Y aquí me encuentro, escribiendo, perdida en frente del blanco infinito de la página. Blanco que reemplaza al blanco infinito del techo. Y entre tanto ruido político de fondo y tanta mala reyerta de bar en formato de las redes sociales, no pienso. Y dejo que me invada la necesidad de un abrazo que quiero y no puedo. Y dejo que me invada el sentimiento. Y dejo que me invada y me lleve lejos. Bien lejos.

Y luego vuelvo. Vuelvo al blanco de la página. Vuelvo al día a día y vuelvo a la falta de esencia, a la rutina.

Vuelvo, pero muero.

[...]

En fin, vuelvo al trabajo. La vida espiritual no es compatible con la vida terrenal.

1 comentario:

  1. Si que son compatibles, aunque a veces pensemos que no por las mierdas que nos rodean. Solo hay que rodearse de gente bonica como tú :)

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